Por Laura Esposito.
“…Quiero considerarme un ser humano.
Vacía tu mente.
Se amorfo, moldeable como el agua.
Si pones agua en una taza,
Se convierte en la taza.
Si pones agua en una botella,
Se convierte en la botella.
Si la pones en una tetera,
Se convierte en la tetera
El agua puede fluir o puede aplastar.
Sé como el agua, amigo mio.
El agua que corre nunca se estanca
Hay que seguir fluyendo “
Grata fue sorpresa al encontrarme con este documental!.
Una entrevista a Bruce Lee donde nos invita a que reflexionemos sobre la posibilidad de no ser modelados sólo por nuestros pensamientos.
No dejar que la mente domine supone incluir al cuerpo como protagonista. Sin separar la mente del cuerpo, dicotomía a la que los occidentales estamos acostumbrados: pensamiento reflexivo vs corporal.
La alusión al agua, nos reenvía a la naturaleza, que es materia viva.
La condición de ser “humanos” le agrega pensamiento y palabra a esa materia. Una relación que es de intercambio y no de dominación.
Intercambio que supone receptividad, disposición abierta a lo que acontece. Permitir que todo suceda, no esperar resultados.
Receptividad, en términos de Mindfulness y neuroplasticidad como función cerebral que sostiene esta disposición.
“..sin saber que el cuerpo ya vivió algo, que la razón ahora intenta representar…” Zen II. Alberto Silva
Otro tiempo (el instante) y otro espacio (cuerpo sensible) promueven la practica de la meditación.
La vida “nos ocurre”. Mindfulness como camino de agua supone estar consciente de las corrientes de la vida, con sus sedimentos –turbios a veces- y también con su claridad
Ser amorfo y moldeable como el agua no es sin esa receptividad, y también se le suma la flexibilidad. La práctica toma forma cada vez, en cada práctica en cada sentada.
Si cuerpo y mente están llamados a congeniar, será a su modo, a su medida, en un tiempo, para volver a recomenzar. Como agua que discurre y toma forma según el recipiente que la contiene.
Entrevista a Bruce Lee: http://www.youtube.com/watch?v=kl1sS1kVAvA